jueves, julio 27, 2006

Presentación


Por Orlando Arroyave

Pocas veces se hace una reflexión de la sexualidad en las universidades o los blogs y páginas Web, por fuera de las esferas de conocimientos habituales, o, cuando se hace este abordaje, se recurre a las viejas categorías, patologizando los nuevos fenómenos, descalificándolos por considerarlos irrelevantes o peligrosos, e invocando antiguos valores (muchos de ellos escudados tras una terminología técnica que pretende ser neutral y científica), o cuando más, limitando la reflexión a un “problema de salud pública”. Este seminario señala algunos de los cambios que han acontecido y la insuficiencia conceptual y metodológica para abordar las "nuevas sexualidades" desde las ciencias sociales y humanas, y sus saberes conexos.

Lo primero que podemos afirmar, a partir de la formulación anterior, es que no existe una sexualidad humana inmodificada e inmodificable. Como todo lo humano, la sexualidad está atravesada por cambios históricos, culturales y sociales. Estos cambios, por una pretendida búsqueda de lo atemporal o lo "estructural", suelen ser desechados o no tomados en cuenta.

La pregunta que nos compete a nosotros, contemporáneos de la cultura tecno-científica y el derrumbe de los sistemas de pensamiento, es, entre otras: ¿cuáles son los efectos de la ciencia, el mercado y la tecnología en la sexualidad actual? ¿La cultura actual permite la emergencia de nuevas prácticas sexuales antes nunca pensadas? ¿Estamos inventado una nueva experiencia de lo sexual?

Lo anterior conduce a hacer esta afirmación: Las categorías que hemos utilizado para pensar la sexualidad son insuficientes en la época contemporánea; las nuevas prácticas sexuales requieren conceptualizaciones inéditas para explorar y analizar estos fenómenos. La emergencia de nuevos discursos, nuevas prácticas y nuevas tecnologías, ha tenido un impacto sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra sexualidad.

Una primera constatación: la multiplicidad de expresiones de la sexualidad, y el abandono, a regañadientes, de categorías científicas o seudo-científicas como patología o perversión, desde disciplinas como la psicología, la psiquiatría y el psicoanálisis, para referirse a prácticas sexuales denominadas periféricas (en el encuentro homoerótico, el sadomasoquismo, entre otras prácticas).

Una segunda constatación: la presencia cada vez más amplia de la tecnología en el encuentro sexual (realidad virtual, pornografía, Internet, etc.), y la modificación, por tanto, del encuentro con el Otro sexual o con los que queremos fortalecer la filia.

Frente a estos cambios, los que suelen ser llamados “humanistas” —embozados o no—, invocan un retorno a lo conocido, o condenan la tecnología, afirmando que ésta nos “deshumaniza”, nos “esclaviza”. Se olvidan, por decir algo de paso, que la tecnología no puede “deshumanizar” pues la tecnología es un producto humano.

Por otro lado es necesario reflexionar sobre las tendencias neoconservadoras de la sexualidad que, bajo formas políticas o religiosas (cristiana, musulmana, judías, entre otras), se oponen a esta emergencia de nuevas expresiones sexuales y proponen formas de oposición que no excluyen la violencia (verbigracia el Ejército de Dios, grupo estadounidense que se opone a las clínicas de abortos, y que recurre al asesinato o a los atentados dinamiteros en “nombre de la vida” y de la Biblia).

Este seminario pretende ir más allá de esta concepción y pensar de otro modo estos fenómenos, superando las condenas y los rechazos, o si se quiere, con Heidegger, asumir que las preguntas son la devoción, la oración del pensamiento humano.
Nota: Los interesados en conocer el programa completo del seminario pueden solicitarlo al correo electrónico: sexualidadescontemporaneas@gmail.com